Se suele utilizar el término “patrones oscuros” para definir las interfaces de usuario diseñadas específicamente para hacernos tomar decisiones que racionalmente no queremos realizar. En la última década hemos pasado a verlos tan a menudo que ni cuestionamos su existencia en el día a día. Como usuarios es importante conocer su existencia para no caer en la trampa: de por ejemplo
- tener que registrarnos para dejar de recibir un servicio que nunca hemos solicitado.
- que reemplacen los botones de cancelar por “recordármelo más tarde”.
- mostrar en tonos grisáceos los botones que la web no desea que utilicemos para que no llamen nuestra atención.
En la página darkpatterns.org hay una lista completa y un “muro de la vergüenza2 con denuncias diarias de uso y abuso. Es importante ser consciente de ellos para evitar la manipulación, por lo que adjunto un breve resumen en castellano de los casos más típicos:
- Preguntas trampa: un formulario que te engaña para dar una respuesta que no querías dar. La pregunta a primera vista pregunta una cosa, pero al leerla cuidadosamente se refiere a otra completamente diferente.
- Colarlo en la cesta: al realizar una compra el sitio coloca algo que no deseabas, en general usando una casilla para renunciar a ello en una de las páginas intermedias. ¿Cuántas veces al instalar el antivirus Avast intentan colarte Google Chrome?
- Compartir datos públicamente o Zuckering (término acuñado en honor al creador y directivo de Facebook): hacer más información personal pública que la que el usuario pretendía compartir. ¿Cuántas veces cambia Facebook sigilosamente la opción de compartir a un grupo reducido a pública?
- Evitar la comparativa de precios: el vendedor complica la posibilidad de comparar el precio de un producto con otro para poder realizar decisiones informadas. Un ejemplo sería como Amazon coloca productos de precios similares a los propios por encima de los terceras partes a la hora de mostrar resultados.
- Distracción: el diseño centra tu atención en una cosa para que no repares de lo demás. Su tipico aspecto es el de colores brillantes frente a texto pequeño en tono desvaído, como por ejemplo la opción de personalización de anuncios de Google con botón azul y letras blancas en “Si” y letras desvaídas sin botón para el “No”.
- Costes ocultos: pasas una larga lista de páginas de un proceso para encontrarte cambios inesperados. Es el caso de los costes de envío, impuestos de aduana y un largo etcétera en las tiendas online y la compra de billetes de avión son casos habituales de estos patrones.
- Cebo y posterior cambio de condiciones: querías una cosa, pero en su lugar sucede otra muy diferente. Esto es un clásico en muchos servicios online que están empezando: comienzas con un servicio que luego recibe un cambio de enfoque de negocio con consecuencias negativas. Por poner un cambio reciente: Medium y las comunidades de desarrollo software, cuando decide el primero decide apropriarse la marca de la página y cambiar los anuncios/patrocinadores por lo que él desea.
- Avergonzar al usuario: culpabilizar al usuario para que elija una opción determinada, al utilizar un vocabulario en la opción negativa que produzca vergüenza al usuario. Un ejemplo es el de los de anuncios de alimentación deportiva, en cuya opción negativa básicamente te llaman gordo.
- Anuncios ocultos: disfrazar anuncios como contenido de navegación para que hagas click en ellos. Yo personalmente me he topado con contenido en webs que imitan los mensajes de sistema de Android y desde un móvil podrían ser confusos.
- Forzar a continuar: cuando posees un prueba gratuita de un servicio y al acabar este periodo comienza a cobrarte silenciosamente y sin previos aviso, con el extra de que cancelar la suscripción es difícil. Un ejemplo son los seguros de iPad que ofrecen en grandes superficies.
- Spam a tus contactos: productos que te piden permiso de lectura sobre tu correo o datos de red social para por ejemplo localizar a tus amigos presentes en él, pero luego manda un mensaje spam a dichos contactos utilizando tu perfil. Linkedin es un ejemplo clarísimo de esta práctica.
Si en el día a día tienes que enfrentarte una y otra vez a este tipo de patrones utilizando un servicio web, te invito a que consideres si realmente merece la pena utilizarlo. Si no es así, reduce su uso o considera elegir una opción más ética.
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