Dontnod ha creado algo muy especial, una historia envuelta en un ambiente de nostalgia llena de pequeños de detalles, cuidando hasta el extremo tanto su estética, que simula una pintura, como la banda sonora. Esto, junto a su valentía al abordar temáticas difíciles como el acoso o la depresión, es algo que han hecho de esta aventura episódica una experiencia única que mantuvo a sus seguidores en vilo de principio a fin. Que el final no haya sido por uno u otro motivo exactamente lo que muchos hubiesen querido es una cuestión diferente, pero la historia claramente va en la dirección que sus creadores pretendían desde el inicio, llevando hasta las últimas consecuencias las cuestiones éticas que dominan la historia.
En las primeras secuencias nos presentan a Maxine Caulfield, la protagonista de esta historia, que con su cara de susto y amargura habitual debe soportar una extensa clase de fotografía en la Academia Blackwell. Aunque el arte es claramente su vocación, su experiencia académica junto al regreso a su pueblo natal, Arcadia Bay, no están siendo precisamente la experiencia que imaginaba, sino que se siente como un animalito rodeada de depredadores. En su apariencia inicial suele destacar una camiseta con un gamo (en inglés doe, un elemento recurrente en el juego), referenciando el mensaje “Jane Doe”, término en inglés que se utiliza para designar a alguien sin identidad. Una vez finaliza el discurso del profesor sobre los selfies y es ridiculizada por varias de sus compañeras, se coloca los auriculares con el volumen bien alto para evitar escuchar mas comentarios crueles y huye hacia el baño atravesando el pasillo del aulario. Durante ese trayecto podemos escuchar un tema de Syd Matters que termina de darnos la descripción inicial del personaje en lo que sería el genérico del juego.
To all of you, American girls
I’d like to be part of the world around you
Driving a car by the sea side
Watching the world from the bright side
– Syd Matters: To all of you
El mundo se detiene un instante cuando Max llega al baño y una mariposa azul se cruza en su camino, momento que, como buena aprendiz de fotógrafa, no desaprovecha para sacar una instantánea. Desgraciadamente la calma dura poco: dos personajes entran en la habitación y tienen una discusión acalorada con resultados fatales para una de ellas… pero algo sucede en el último segundo: cuando Max levanta la mano intentando detener la situación, el tiempo vuelve atrás y recibe una segunda oportunidad para prevenir el incidente que acabará con la vida de la chica de pelo azul.
Desde ese momento, cada vez que Max ha de tomar una decisión que puede ser relevante en el futuro, aparece un dibujo de la mariposa en la pantalla como símbolo de la teoría del caos (“el aleteo de una mariposa puede generar un tornado al otro lado del mundo”). El rango de esas decisiones puede ir desde decirle algo determinado a una persona en un momento claramente crítico, a algo tan trivial como regar una planta en tu habitación, ¿pero quién puede saber a dónde te llevará ese instante? El ritmo del juego, que permite que Max se tome sus momentos de calma para sentarse y que podamos escuchar sus pensamientos, ayuda a entender los dilemas que se le presentan con su nueva habilidad: ¿la decisión que acaba de tomar es la adecuada, o debería volver atrás y cambiarla? Quizás podría decir justo lo que alguien necesita oír y así agradar a todos, pero de esa manera se comportaría como una manipuladora creando una imagen falsa de sí misma.
Casualmente, la chica a la que salva resulta ser su mejor amiga de la infancia, con la que ha tenido contacto desde hace 5 años, y que en ese tiempo ha cambiado radicalmente. Puede que ambas sean como el día y la noche, pero una vez superado el shock del reencuentro es como si no hubiese pasado el tiempo entre ellas. La escena en la habitación de Chloe, mientras ésta fuma, dice mucho sobre el estado caótico y atormentado de este segundo personaje, y cómo se debate entre las sensación de abandono y desconcierto por la desaparición de la persona mas próxima a ella, Rachel, otra estudiante de Blackwell. El gran problema es que Chloe no está completamente segura de si quiere saber la verdad sobre lo sucedido.
I’m singing songs about the future
Wondering where you are
I could call you on the telephone
But do I really want to know?
I’m somewhere, you’re somewhere
I’m nowhere, you’re nowhere
You’re somewhere, you’re somewhere
I could go there but I don’t
– Angus & Julia Stone: Santa Monica dream
Tras múltiples experimentos intentando reunir información en Blackwell sobre lo sucedido en su ausencia, y varios intentos de cambiar la historia mas o menos desastrosos, puesto que al intentar tapar una gotera se puede hacer estallar una cañería, llega el momento de la aceptación: ya está bien de llorar por las oportunidades perdidas en el pasado o pasarse el día debatiéndose, puesto que el aquí y el ahora es donde hay que estar. No será perfecto, pero todos los sucesos que han tenido lugar, ya sean buenos o malos, la han moldeado para convertir a Max en quien es, hasta por fin lograr estar a gusto consigo misma y decidida a llegar hasta el final apoyando a Chloe en su búsqueda de respuestas.
But maybe I have to think it’s funny
If I wanna live before I die
And maybe it’s funniest of all
To think I’ll die before I actually see
That I am exactly the person that I want to be
Fuck yes! I am exactly the person that I want to be
– Amanda Palmer: In my mind
Adiós al pequeño y asustadizo gamo y hola a esa camiseta del ciervo adulto: a partir de ahora toca tomar las riendas de su vida y capear un temporal de misterio y corrupción de Arcadia Bay, con un punto de ciencia ficción y el encanto de la química entre la pequeña hipster y su vieja amiga punk.
Desde el punto de vista de alguien que disfruta enredando entre el código, este título es espectacular por su capacidad de apilar decisiones mas allá del episodio actual: encontrarse con que en una conversación de 10 minutos puedan heredarse hasta 30 variables referentes a momentos bastante lejanos resulta francamente espectacular. La lástima es que el último capítulo no quede a la altura de lo esperado al dejar muy poco margen de movimiento, pero el viaje de crecimiento y aceptación es lo que realmente cuenta en esta historia. Como dicen sus protagonistas, la vida es extraña, y no siempre justa.
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