Las grandes de hardware nos bombardean cada día con dispositivos inteligentes, smart-phone, smart-watch, smart-TV, y un largo etcétera. A las empresas se les llena la boca diciendo que sus sistemas vienen integrados con redes sociales, youtube, etcétera… pero todo esto suele traer un problema, que las propias casas no mantienen sus aplicaciones como es debido. Así, cuando Google abandonó el manteniemiento de la API de YouTube 2.0, a toda la segunda generación de Apple-TV y una gran parte de modelos de televisores de Sony se les quedó muerto YouTube… y no se puede hacer nada porque depende de que las casas decidan actualizarse… pero como en general preferirán que se les compre un dispositivo nuevo y pasarán del tema, por lo que te quedas sin esa funcionalidad que has pagado.
Situaciones como esta te hacen plantearte que lo mejor es tener una televisión lo mas tonta posible, que simplemente tenga capacidad de leer desde puertos USB y poco mas, para mejor conectarle un pendrive con la versión para televisión de Ubuntu o Android. Al final, el hecho de poseer convergencia y así poder tirar de las propias aplicaciones web del servicio, o las diseñadas para móviles y tablets actuales, que siempre estarán mucho mas actualizadas que las aplicaciones preinstaladas (y en general no desinstalables) de Sony o Samsung. Ya hay bastantes alternativas en mercado de pendrives potentes que adapten la “caja tonta”, que incluso la proveen Wifi, de forma que te ahorras todos los componentes extra que tanto suben el precio de la tele. O a nivel mas friki, siempre te puedes montar un centro multimedia con un Raspberry Pi, pero esa ya es algo un poco mas elevado. Puede que haya que mantenerlos actualizados a mano, pero al menos así te ahorras el problema absurdo de la obsolescencia programada de tanta “inteligencia”.
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